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La suerte de los penales le sonrió al cuadro local, que tuvo un digno rival, un equipo que llegó a ganar, por ese título que no llega desde hace mucho y que estuvo a un minuto de lograrlo.

Pero el gol de Pablo Gabas al 89' le devolvió la esperanza a una Liga que moría y mandó el juego al alargue y de ahí a los penales, donde la suerte les sonrío y los puso a celebrar la estrella 25, esa tan ansiada, la que hace cinco años no lograban.

El proceso iniciado hace dos años ya tiene su éxito, ya logró sus frutos y de la mano de Óscar Ramírez se confirmaron como los mejores del semestre, en un partido lleno de emociones y que finalmente, con el 1-1 en los 120 minutos y el 4-3 en los penales, les dio el tan anhelado cetro.

El partido fue una guerra de nervios en la primera parte, con dos equipos tratando de buscar el partido, pero también evitando ser golpeado. Por momentos llegaron los pelotazos y el huuuyyyy fue constante, aunque no tan claro.

Alajuelense tuvo más opciones para abrir el marcador, pero fue el cuadro florense el que silenció el Morera Soto.

Expiraba el primer tiempo, y Herediano se animó a echarlo último de esa etapa. Primero al 45', en un servicio de lujo de Ledezma a Núñez, que en el área y de frente al arco sacó un disparo muy desviado, pero con la complicidad de la falta de Geancarlo González en una barrida por detrás que Henry Bejarano dejó pasar. Claro penal para los florenses.

Pero el Mambo tuvo su revancha

Con 20 años, su primera final y un ambiente que se lo podría “comer”, pero el arquero Leonel Moreira mostró reflejos, grandes tapadas y mucha madurez en el campo de juego. Dijo no una y otra vez, con una Liga atacando más con el corazón, que con la razón y el meta mantuvo el Morera Soto en un silencio total, su figura se engrandecía conforme pasaban los minutos, pero...

La ansiedad era notoria en el cuadro local, el título se le escapaba de las manos, las cosas no salían como querían, y Herediano hacía su juego, sabía que la ansiedad manuda era un elemento a su favor y se paró fuerte, buscó no dejar espacios y quiso poner el candado al sacar a Víctor Núñez para incluir a Bismarck Acosta.

Óscar Ramírez, por primera vez en el torneo soltó amarras, y mandó el todo por el todo, se le escapaba el cetro y cambió su modelo táctico, metiendo velocidad y también mayor conducción, con Argenis Fernández y Diego Estrada y mandando a Pablo Gabas al frente.

Los minutos seguían pasando y ya en Alajuela preparaban un funeral, mientras que los heredianos se frotaban las manos, sintiendo muy cerca ese tan ansiado título 22.

El partido acababa y con la misma fórmula herediana, la Liga logró el empate.

Jugada por derecha y centro de Fernández al área donde apareció Gabas, paró de pecho y con el marco de frente tocó abajo, donde Moreira no podía llegar y convirtió el Morera otra vez en fiesta; 1-1 y al alargue.

En tiempo extra no hubo más. El arresto físico no dejó a los equipos dar ese más que se necesitaba y todo quedó para definirse desde el manchón blanco, con los lanzamientos desde el punto de penal.

Ahí, fue más certero el cuadro casa, supo superar los nervios y dejarse el cetro con marcador de 4-3.

Ese último disparo de Cristian Oviedo dejó en un suspiro a todo el Morera Soto, pero el mejor cobrador de penales de Alajuelense no dudó, ni tampoco falló. Oviedo la mandó al fondo y puso a celebrara a todo un estadio, a una afición que esperó cinco años para volver a celebrar un cetro. Salud Campeón.